Cabe aclarar que las propiedades rurales de los Alloa a los que aquí llamamos de “San Martín de las Escobas” no se encuentran en el distrito comunal de esta localidad, sino en el de Cañada Rosquín, cuyo límite norte se sitúa a escasa distancia al sur de San Martín de las Escobas. Esta circunstancia ha determinado que los vecinos de esta zona rural se consideren más “sanmartinenses” que “cañadenses”, aunque los nacimientos y las defunciones se registren, por cierto, en el municipio de Cañada Rosquín. Existen asimismo dos razones históricas, tal vez más importantes y que han marcado a los pobladores desde los comienzos de la inmigración: la Parroquia de San Martín de Tours es más antigua que la de Santo Tomás de Aquino (Cañada Rosquín), y San Martín de las Escobas fue históricamente la primera cabecera departamental y contó, entre sus instituciones, con la primera jefatura policial.
En efecto, se encuentran con frecuencia en los libros parroquiales de San Martín de las Escobas antiguos registros de bautismo de niños nacidos, en los primeros años de la colonia, no sólo en San Martín de las Escobas, sino también en Cañada Rosquín, en Colonia Belgrano e incluso en Sastre. Por otra parte, cuando los hijos de los primeros inmigrantes que vivían en el campo, en la zona próxima al límite intercomunal, deciden ir a vivir al pueblo, al momento de elegir entre una localidad u otra, optan por San Martín de las Escobas. Otro hecho importante, sobre todo a fines del siglo XIX y en las primeras décadas del XX, que corrobora este sentimiento de “pertenencia” a San Martín de las Escobas, es que las familias que habitaban esta amplia franja de campos situada en el extremo norte del territorio municipal de Cañada Rosquín sepultaban a sus muertos en el cementerio de San Martín de las Escobas.
San Martín de las Escobas se encuentra en el km 152 de la Ruta 34. Limita al norte, con San Vicente; al sur, con Cañada Rosquín; al este, con el Departamento Belgrano y Santa Clara de Buena Vista, y al oeste, con Sastre y San Jorge.
Fue fundada en 1874, con la llegada de los primeros colonos: inmigrantes italianos en su mayoría y algunos otros de origen suizo y español. Es cabecera del distrito comunal homónimo, que tiene una superficie de 29.100 ha. En 2004, su población –incluyendo la zona rural– era de 2.506 habitantes. Cuenta con establecimientos educativos y de salud, instituciones deportivas, culturales y de servicios, como asimismo industrias dedicadas a la actividad láctea y agropecuaria.
Entre los apellidos de origen piamontés de San Martín de las Escobas encontramos: Alanda, Alberto, Alloa, Alloa Casale, Banchio, Berrino, Buero, Delprato, Grosso, Osella, Ribetti, Vaschetto, y muchos más... Todos ellos, excepto el último, pertenecen a personas emparentadas con los Alloa y sus descendientes.
Con respecto a Maria de Alloa (Maria Rosa Molineris de Alloa) y su hijo Domenico Alloa, encontramos respectivamente: un “permiso para alambrar en el Departamento San Martín”, otorgado en 1908 por el Gobierno de la Provincia de Santa Fe, y un “permiso para alambrar en la Colonia La Francia”, otorgado el mismo año por dicho gobierno.
Por otra parte, se hace mención a la propiedad de Domenico Alloa en la descripción catastral, presentada más arriba, de campos vecinos a los suyos, como:
“Fracción propiedad de los Sres. José, Santiago y Juan B. Gieco Novaira. La propiedad comprende los lotes Nº 39 y 40 limitando al N: Antonio Alloa y José Bosco; E.: D. Alloa y Otto Stiefel y O. José S. Gieco, Miguel Peretti y Antonio Alloa; los lotes 39 y 40 están separados por un camino que lo recorren de E. a O.”
Tres son los Alloa a quienes llamamos aquí “los Alloa de San Martín de las Escobas”: Maria Margherita (Margarita) (1865 †1923), Domenico (Domingo) Alloa (1868 †1941), esposo de Margarita Odetti (1878 †1947) y Giovanna Alloa (Juana) (1878 †1941), esposa de Giacomo Picco.
Tres son los Alloa a quienes llamamos aquí “los Alloa de San Martín de las Escobas”: Maria Margherita (Margarita) (1865 †1923), Domenico (Domingo) Alloa (1868 †1941), esposo de Margarita Odetti (1878 †1947) y Giovanna Alloa (Juana) (1878 †1941), esposa de Giacomo Picco.
Para las descendencias de Maria Margherita Alloa y Domenico Alloa, véanse Maria Margherita.0 Alloa y Domenico.0 Alloa en http://gw2.geneanet.org/index.php3?b=hugoalloa_w&lang=es
Victorio (1897 †1973), el hijo mayor de Domenico (Domingo) Alloa y Margarita Odetti, tiene veintidos años cuando nace su hermano menor Ricardo (1919 †1982), de quien es padrino de bautismo. Conjuntamente con sus hermanos Atilio (1911 †1991) y Ricardo (1919 †1982), Victorio posee y explota tierras adquiridas por su padre Domenico a los Jesuitas, en las inmediaciones de Santo Tomé. En esta ciudad vive Victorio con su esposa Antonia Peretti (1894 †1984) y su hija Delia (1930 †2004). Entre 1925 y 1930, Victorio es tutor de su hermano Ricardo, quien, como veremos más adelante, se encuentra como pupilo en el Colegio La Salle Jobson de Santa Fe. Delia, la hija de Victorio y Antonia, se casa en 1957 con Antolín Kovacevich, con quien tiene dos hijos: María Antonia y Miguel. La primera, casada con José María Lorenzatti, tiene tres hijos: María Paula, José Ignacio y Francesco. María Antonia se desempeña como odontóloga en Pinerolo y vive en Barge, Italia. Su hermano Miguel, casado con María Inés García, tiene un hijo: Francisco. Miguel y su familia viven en Santo Tomé.
Juan Bautista, el segundo hijo varón de Domenico Alloa y Margarita Odetti, es educado en el Colegio San José, de los Hermanos del Verbo Divino, de Colonia Esperanza. Desde muy joven se dedica, al igual que su padre y sus hermanos, a la agricultura. Vive en el campo, en las inmediaciones de Cañada Rosquín, con su esposa Teresa Boccardo y sus hijos Ilmar y Ever. Ilmar no deja descendencia. Ever estudia en la Escuela Normal de Paraná, de donde egresa con el título de maestra. Se casa con Miguel Coccolo, con quien tiene tres hijos: Edwin, Shirley y Henry. Ever muere a tan sólo cuarenta y cuatro años de edad. Sus descendientes viven en Cañada Rosquín.
Domingo Alloa, el tercer varón de la familia, se desempeña en las mismas actividades que su padre y sus hermanos, pero pronto se radicará con su esposa Felisa Alarcón en Rosario, rompiendo con la tradición agrícola de los Alloa. Domingo y Felisa no tienen descendencia.
María Cecilia Alloa, la primera hija mujer, se casa con José Alberto. Éste muere en 1940, dejando a María sola y a cargo de cuatro hijos adolescentes: Cilo, Gloris y Lelio. Los descendientes de Cilo (Omar, Horacio y los cuatro hijos del difunto Norberto) viven en San Martín de las Escobas, como también José Luis Lottersberger, hijo de Gloris. Los descendientes de Lelio Alberto, Julio César y Susana, viven en San Vicente. En 1974, como ya hemos dicho, María Cecilia viaja a Italia con su hermano Ricardo y su cuñada Anita. A diferencia de éstos, María, si bien es la mayor de los tres viajeros, ya no habla piamontés y recurre a los buenos oficios interpretativos de su hermano y su cuñada.
Juana Margarita Alloa, la segunda mujer de la familia, rompe con la tradición religiosa de los Alloa casándose con Emilio Finsterwald, de confesión protestante. Con él tiene dos hijos: Elder alias Pocho y Alba o Albita, como la llamábamos quienes tanto la quisimos. Amelia García, viuda de Elder Finsterwald, y sus hijos Marcelo y Eduardo viven en San Martín de las Escobas. Liliana, la hija mayor de Elder y Amelia, se casó con Miguel Angel Grasso, con quien tuvo tres hijos: Jordán, María Constanza y María Belén Grasso Finsterwald. Albita estaba casada con Emilio Jalit, con quien tuvo dos hijos: Sonia y Yamil. Sonia ha muerto en marzo de 2007 en un accidente automovilístico. Sus hijas son Jazmín y Rocío Arias. Yamil es industrial. Está casado con Marcela Ricca y tiene dos hijos: Alejandro y Azul.
Margarita Alloa, tercera hija de Domenico y Margarita, contrae el tifus y muere poco antes de la fecha fijada con su novio para la boda, a tan sólo veintitrés años de edad.
Magdalena Alloa, cuarta mujer de la familia, vive su infancia y su adolescencia en San Martín de las Escobas. Se casa con su primo hermano Ricardo Marzolini, cuya madre, Magdalena Odetti, era hermana de Margarita Odetti, madre de Magdalena Alloa. Magdalena y Ricardo tienen tres hijos: Olga, Ricardo y Beatriz. La primera, casada con Carlos Mac Auliffe, trae al mundo tres hijos: Marcelo, Daniela y Pablo. Daniela Mac Auliffe, traductora de Lengua Francesa, es quien ha tenido a su cargo la edición de este trabajo. Ricardo, casado con Nelly Fernández, tuvo dos hijos: Adrián y Alejandra. Beatriz, la hija menor de Magdalena y viuda de Tomás Felkai, tuvo tres hijos: Ana Gabriela, Laura y Esteban Felkai. La primera de ellos se ha casado el 17 de julio de 2007 en Los Angeles, Estados Unidos, donde vive desde hace varios años.
Atilio Alloa, el cuarto hijo varón de Domenico y Margarita, nace en 1911. Sus primeros años transcurren en el campo, en la casa paterna, y pronto es enviado al ya mencionado Colegio San José de Colonia Esperanza. De su casamiento con Dominga Delprato (1915 †1978) nace, después de dos niños fallecidos a poco de venir al mundo, Roberto Alloa. En 1974, Atilio y Dominga viajan a Italia, donde visitan Vigone y conocen a sus primos Alloa. Después de la muerte de su esposa Dominga, Atilio se casa en segundas nupcias con Angelita Palmucci y con ella viaja por segunda vez a Italia. Roberto, el hijo de Atilio y Dominga, casado con Gloria Aleu, vive en San Martín de las Escobas. Ha heredado de su padre la casa de sus abuelos Domenico (Domingo) y Margarita, y se dedica con pasión a la agricultura, poniendo en práctica la antigua sabiduría de los cultivadores Alloa, a la que ha integrado, por cierto, las técnicas más avanzadas de explotación de la tierra. Sus hijos Betina y Guillermo viven en San Martín de las Escobas. Guillermo, casado con Florencia Grillo, tiene dos hijos: Bautista y Pedro, el más reciente ástago del árbol de los Alloa. Dos cosas deseo recalcar acerca de estos últimos Alloa: Guillermo, en total correspondencia con las actividades de sus antepasados, es ingeniero agrónomo; y con sus hijos se renueva la tradición de los antiguos nombres de pila de la familia Alloa: Bautista (it.: Battista) y Pedro (it.: Pietro).
Angela Alloa, la quinta hija de Domenico y Margaria, muere en 1923, a los nueve años de edad.
Ricardo Alloa es el último de los diez hijos de Domenico y Margarita. Es bautizado el 10 de agosto de 1919 en la Iglesia San Martín de Tours de San Martín de las Escobas y son sus padrinos su hermano mayor y María Cecilia (1903 1984), la mayor de sus hermanas. Los primeros años de su infancia transcurren en el campo, y tras un corto período en que concurre a la escuela de su pueblo, es colocado, como ya hemos visto, en el pensionado del Colegio La Salle Jobson de Santa Fe, bajo la tutela de su hermano Victorio, por entonces ya casado y afincado en Santo Tomé. Ricardo no guardaba buenos recuerdos de aquellos años de pensionado, durante los cuales había adquirido una imagen bastante negativa de los religiosos, a excepción de uno de ellos, que le enseñaba canciones francesas y a quien recordaba con afecto. Al encierro de la vida de colegio se sumaba por cierto el estar lejos de sus padres, de sus hermanos, de su casa. Varias son las tentativas de fuga pero tan pronto llega a Santo Tomé, a casa de su hermano, indefectiblemente éste lo lleva nuevamente al pensionado. Hasta que un día, regresa al colegio y calculando el tiempo que Victorio empleará para hacer unas diligencias en la ciudad, toma un tranvía que lo lleva hasta la salida de la ciudad y allí espera a que pase su hermano y se detenga en el control policial... Nunca más regresará al colegio La Salle Jobson. Ricardo tiene entonces entre once y doce años... Vendrán luego los primeros años de amorosa dedicación a la tierra, de libertad, de viajes, a los que les siguen tantos otros como tuvo su vida, pues todo eso fue siempre Ricardo: un amante de la tierra, un ser libre, un eterno viajero. Le apasionan además los automóviles, que pronto aprende a conducir... A los veintiún años, Ricardo se casa con Anita Alanda (1921 †1984), y después de vivir unos años en el campo, en la casa paterna que ambos comparten con Atilio y Dominga, Ricardo, Anita, sus hijos Nelly (1942) y Hugo (1947), autor de estas páginas, se mudan en 1948 a Cañada Rosquín, donde Nelly comienza a concurrir a la escuela. Allí viven hasta comienzos de 1954. Desde varios años antes, Ricardo está asociado con sus hermanos Victorio y Atilio, con los que comparte la explotación del campo de Santo Tomé. Alrededor de 1946 se disuelve la sociedad existente entre los tres hermanos y cada uno de ellos trabajará exclusivamente sus tierras, Victorio en Santo Tomé; Atilio, en San Martín de las Escobas; y Ricardo, en Alicia, Provincia de Córdoba. A partir de 1946, la vida de Ricardo transcurre entre Cañada Rosquín y las nuevas tierras compradas en Alicia. En 1954 Ricardo y su familia se radican en San Francisco (Provincia de Córdoba), principalmente porque allí Nelly podrá cursar estudios secundarios, por entonces inexistentes en Cañada Rosquín. En 1961 Nelly egresa con el título de maestra de la Escuela Normal “Nicolás Avellaneda”. En 1963, mientras ejerce la docencia primaria, se casa con René Marcuzzi, con quien tiene dos hijas: Andrea y Gabriela. Después de la muerte de su padre, Nelly, secundada por René, se hace cargo de la explotación agrícola ganadera familiar. Actualmente, ambos viven en San Francisco. Andrea, la hija mayor de Nelly y René, se gradúa en arquitectura en la Universidad Nacional de Córdoba y vive, con su esposo Demetrio Manuel Ferrería y sus hijos Juan Manuel y Ana Paula, en Puerto Madryn. Gabriela, la segunda hija de Nelly, es profesora y traductora de inglés, egresada de la Universidad Nacional de Córdoba, y vive en Buenos Aires desde 1992. Yo, Hugo, segundo hijo de Ricardo Alloa y Anita Alanda, concurro a la escuela primaria y al colegio secundario en San Francisco. En 1966, después de cursar un año de ciencias económicas y a mi regreso de mi primer viaje a Europa, comienzo a estudiar francés e italiano en la Facultad de Lenguas de la Universidad Nacional de Córdoba, de donde egreso con el título de profesor y traductor en septiembre de 1973. Ese mismo año viajo nuevamente a Francia para realizar una maestría en lingüísica en la Universidad de Besançon. En 1974, mientras redacto la memoria de maestría y trabajo como profesor de francés en cursos para inmigrantes, organizados por el Ministère de l’Éducation Nationale, recibo la visita de mis padres y mi tía María. Con ellos viajo al Piamonte...
Ricardo y María son los primeros nietos de Giovanni Vittorio (o Vincenzo) Alloa que llegan, después de casi un siglo, a Vigone, pueblo natal de sus antepasados. A la emoción del encuentro entre parientes que sólo se conocen por cartas se suma la sorpresa de los primos de Vigone al oír a Ricardo y Anita hablar en piamontés...
Para ver la descendencia de Giovanna Alloa (1878 †1941), véase Giovanna.1 Alloa en http://gw2.geneanet.org/index.php3?b=hugoalloa_w&lang=es
Antes de cerrar el tema de los Alloa de San Martín de las Escobas, relataré una anécdota de mi padre. En cierta ocasión, Ricardo había viajado a Buenos Aires para vender ganado en el mercado de Liniers. Era costumbre que, después del remate, llamaran por sus nombres a los vendedores para entregarles sus boletas de venta. Al oir su nombre por el altavoz, mi padre se acercó a retirar su comprobante y ¿cuál no fue su sorpresa al ver que alguien más respondía al mismo llamado? Ambos, echando a reír, se preguntaron el uno al otro el por qué de aquella coincidencia. Así el Ricardo Alloa santafesino pudo saber que el otro Ricardo Alloa vendía ganado lanar y procedía de San Martín de los Andes, Neuquén. Unos años más tarde, en un viaje por la Patagonia, en compañía de mi madre y mía, mi padre buscó a su “doble” neuquino, hasta que un vecino de San Martín de los Andes le contó que Ricardo Alloa había muerto y que sus familiares se habían mudado a Chile. Muchos años más tarde, ya seriamente afectado por el virus de la genealogía, removiendo cielo y tierra (chilenos), intenté dar con los descendientes de aquel otro Ricardo Alloa, pero por más que busqué, nunca lo encontré. Si Ricardo Alloa, el neuquino, tuvo descendientes, debieron de ser mujeres pues el apellido no existe en Chile... ¿Sería este otro Ricardo Alloa hijo o nieto del Michele Alloa (1827) de Carmagnola que partió en 1882 para América? o ¿sería quizá algún descendiente de uno de los Alloa, aún no identificados, que registra la Fundación Agnelli? O bien ¿sería su apellido Aloa, como el de las dos personas consignadas en los registros de dicha fundación, y entonces se trataría de alguno de sus descendientes?
Hugo Alloa - Con el correr de las generaciones, Córdoba, 2008.
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