lunes, 1 de marzo de 2010

Bartolomeo Alloa - 1558


Según Claudio De Consoli, en su obra Al soldo del duca: l'amministrazione delle armate sabaude (1560-1630) (1999), Bartolomeo Alloa formaba parte del ejército del duque de Saboya. Este hecho nos lleva ineluctablemente a adentrarnos en la historia de los enfrentamientos entre católicos y protestantes de la época, como también, más concretamente, en el episodio de la muerte de su nieto Gabriele Alloa, hijo de Giorgio Alloa y Margarita in Alloa, a manos de los valdenses, en la tristemente célebre masacre de Bibiana del 10 de agosto de 1663.

En un intento de circunscribir el marco histórico-social en que se inscribe dicha matanza, es necesario que nos remontemos bastantes años atrás y tratemos de analizar los acontecimientos que se sucedieron desde el siglo XVI hasta fines del XVII en el Ducado de Saboya. Ello nos permitirá comprender más cabalmente las causas político-reliogiosas del proceso social vivido por la población piamontesa y más precisamente por los vecinos de Vigone.

A decir de Daniela Dinato, en Il peso delle servitù militari sulla comunità di Vigone, "la situación geográfica del Piamonte en el delicado escenario de los equilibrios europeos colocaba al estado de Saboya en una posición estratégicamente importante desde el punto de vista del control ejercido en los pasos alpinos", por los que se accede a la península itálica desde Francia, Suiza, y a través de ésta, desde los Países Bajos y Alemania.

"Ya en época de Carlos Manuel I (1562 †1630) se crean las primeras milicias nacionales, compuestas por mercenarios, bajo la directa dependencia del duque. A estos regimientos se suman luego milicias extranjeras, de propiedad de sus respectivos coroneles. En tal contexto, las tierras de Vigone se caracterizan por ser el lugar ideal para que en ellas acampen las tropas de los ejércitos que transitan por el territorio" (op. cit.). Además de ofrecer, en las granjas que la rodean, abundante agua y forraje para alimentar los caballos, como también reparo y sustento para los soldados, Vigone se encuentra cerca de la importante plaza fuerte de Pinerolo y a escasa distancia del límite que separa al ducato de Saboya del codiciado marquesado de Saluzzo.

Anteriormente, en 1522, se reúnen en Vigone los Estados generales piamonteses (nobleza, clero y comunas), convocados con carácter de urgencia por el duque Carlos III de Saboya, quien les solicita ayuda económica para hacer frente a las incursiones de las tropas francesas, suizas y lombardas en territorio piamontés. El subsidio es concedido pero no sin que antes se apruebe una serie de capítulos tendientes a preservar la autonomía conquistada desde hace varios siglos por las comunas. Pocos años después, en 1526, las comunidades locales se niegan a prestar ayuda al duque, quien desea financiar una expedición contra un grupo de soldados franceses que se han asentado en las cercanías de Carmagnola, donde extorsionan a los habitantes de una franja de tierras lindantes con el marquesado de Saluzzo. Ante tal requerimiento, las autoridades de Vigone y otras localidades vecinas responden que las comunas amenazadas se encuentran en condiciones de defenderse por sí solas.

Durante la ocupación francesa (1536 - 1559), la comunidad de Vigone no sólo se ve obligada a albergar a los soldados, sino que, a la espera del correspondiente pago que ha de llegarle desde Francia, también debe proporcionar vino, pan y buena carne de bovino a los jinetes, como asimismo heno y avena para sus caballos.

Tal como lo consigna el Padre G. P. Mattalia, en su obra titulada Notizie storiche, civili e religiose, el pueblo sufre, en reiteradas ocasiones, serios daños causados por las tropas francesas, como asimismo por la peste, que siembran la desolación en 1598 y 1599.

En efecto, a la grave crisis agrícola causada por la ocupación francesa en la segunda mitad del siglo XVI se suman la declinante situación del sector manufacturero de la seda y el fenómeno del bandidismo que se acrecienta en las zonas rurales. En 1572 se instituye el "comparto generale dei grani", contribución directa por medio de la cual las autoridades del ducato retienen una parte considerable de la producción de granos de los agricultores. En caso de guerra, una parte de dicho "comparto" es destinada a las tropas asentadas en el egido comunal. En tiempo de paz, la imposición disminuye.

Otro capítulo doloroso para Vigone se abre con las persecuciones que el duque Víctor Amadeo II entabla en contra de la minoría valdense que desde el siglo XIII se encuentra asentada en los valles alpinos, al oeste de Turín. La violenta represión reproduce situaciones ya vividas anteriormente, en ocasión de las campañas de 1487, 1561, 1655 y 1663, en que Bibiana y Vigone se convierten en bases de operaciones del duque, desde donde se desplazan las tropas que atacan las localidades de los valles Pellice y Chisone.

El 10 de agosto de 1663, un grupo de valdenses del valle Pellice, capitaneados por Giosuè Gianavello, ataca la población de Bibiana, donde, tras los crueles actos cometidos por los soldados del duque de Saboya, tan sólo quedan católicos. Tal como nos es referido por el Canónigo Pietro Caffaro (op. cit.: 513), a la profanación del Monasterio de Castelfiore le siguen la destrucción de las casas y la matanza de la gente, entre la que se encuentra Gabriele Alloa.

La nueva guerra contra el "hereje" llevada a cabo por Víctor Amadeo II en 1686 reduce la población de los mencionados valles de 15.000 a 2.500 habitantes. Para repoblar la zona, el gobierno decreta, en 1687, el traslado, desde otras provincias del ducado, de colonos católicos a los que se les conceden o venden, a precios sumamente ventajosos, las tierras confiscadas a los "herejes". Al igual que la crisis provocada por las guerras y la peste, este flujo migratorio acaba incidiendo fuertemente en las finanzas de la comunidad de Vigone, ya que ésta, por orden del duque, se ve obligada a albergar a las familias de los colonos destinados a afincarse en Villar y Bobbio Pellice. Entre el 26 de octubre y el 11 de diciembre de 1687 se encuentran en Vigone cincuenta y ocho familias forasteras, constituídas por dos cientas treinta y nueve personas, con sus respectivas cabezas de ganado. En la mayoría de los casos, se trata de mujeres y niños, ya que los hombres y los hijos de más de quince años ya se encuentran en los lugares que deben colonizarse.

Al cabo de esta reseña histórica, es legítimo que nos preguntemos asimismo si existe alguna relación entre el desempeño en las armas de Bartolomeo Alloa y el blasón de los Alloa, en cuyo reverso reza: Pietro Giuseppe Alloa, arma guerriera, 1762. El titular de dicho escudo, Pietro Giuseppe Alloa (n. 1711), es chozno de Bartolomeo Alloa (n. 1558).


Bibliografía

- De Consoli Claudio, Al soldo del duca: l'amministrazione delle armate sabaude (1560-1630). Torino, Paravia/Scriptorium, 1999.
- Dinato Daniela, Il peso delle servitù militari sulla comunitá di Vigone. Torino, Hapax Editore, 2002.
- Mattalia G. P., Notizie storiche, civili e religiose. Torino, Tipofrafia Ditta G. Derossi, 1912.

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