Hace unos pocos días, se integraron al frondoso árbol de los Alloa dos nuevos descendientes: los hermanos Pier Antonio Sapino (1943) y Lodovica Nicolina Sapino (1945). Se trata nada más y nada menos que de dos choznos en décimo segundo grado de mi antepasado en décimo cuarto grado Pietro Alloa (1485). Pier Antonio y Lodovica descienden de Bonifacio Alloa (1520), tercer hijo del mencionado Pietro, y yo, de Tommaso Alloa (1527), quinto hijo de dicha persona.
Este hallazgo es el fruto de los estudios genealógicos de Lodovica Sapino, quien, al llegar a la quinta generación de sus ancestros, descubrió que su segunda tatarabuela fue Maria Alloa (1777-1805). Ésta contrajo matrimonio con Domenico Sapino (1777) el 6 de noviembre de 1801 en Carmagnola, ciudad natal de ambos. Si bien en mi investigación de los Alloa de Carmagnola yo había registrado el matrimonio de estas dos personas y las fechas de nacimiento de sus dos hijos, mi búsqueda, al estar focalizada en mi apellido paterno, se detuvo allí. A otro, precisamente a Lodovica, le correspondería estudiar la rama de los Sapino.
Ahora bien, con el casamiento de Domenico Sapino y Maria Alloa no queda resuelto para nada el vínculo parental que nos une a Lodovica y a mí. Para poder dar con el antepasado compartido, en cuya descendencia entroncan nuestras respectivas ramas, debemos remontarnos a doce generaciones, por un lado, y a catorce, por el otro. Otra cosa hubiera sido si los lejanísimos primos en cuestión y el autor de estas lineas tuvieran el mismo apellido.
Pietro Alloa 1485 & Catherina De Aloys
Bonifacio Alloa Tommaso Alloa
Giacomo Alloa Bartolomeo Alloa
Gaspare Alloa Giorgio Alloa
Giovanni Michele Alloa Bartolomeo Alloa Bartolomeo Alloa Giuseppe Pietro Alloa
Giacomo Alloa Giuseppe Alloa
Maria Alloa Pietro Giuseppe Alloa
Giovanni Michele Sapino Bartolomeo Alloa
Lorenzo Sapino Giovanni Vittorio Alloa
Antonio Sapino Bartolomeo Alloa
Giovanni Battista Sapino Giovanni Vittorio Alloa
Lodovica Nicolina Sapino Domenico Alloa
Ricardo Alloa
Hugo Alloa
Felicitaciones Hugo!! Un muy buen trabajo, de años seguramente!
ResponderEliminarGracias, Jorgelina. Doce años exactamente.
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