Indice alfabético de Io mi chiamo... Dizionario dei Cognomi Piemontesi de Piero Abrate |
Como hemos señalado en Origen y significado ..., la fijación de los apellidos, entre la baja Edad Media y los comienzos de la Edad Moderna, se debió en gran medida al uso cada vez más frecuente de documentación legal y notarial referente a transacciones, acuerdos, donaciones, ventas (del clero y la nobleza), y luego, desde la segunda mitad del siglo XVI, a los registros eclesiásticos de toda la población, cuya obligatoriedad fue establecida por el Concilio de Trento (1543-1563).
Antes de adentrarnos en lo específico del mencionado ensayo, cabe recordar que entre los siglos XI y XIII, en Italia, Francia y España, prevalece una forma antroponímica doble, o sea un sistema de dos elementos que puede comprender, además del nombre de pila, un apellido de origen toponímico ("Henricus de Carmagnolia"), o un apellido patronímico ("Petrus de Michaele") o incluso un nombre paterno que cambia con cada generación.
Ahora bien, a la luz del estudio del Prof. A. Barbero, queda demostrado que en el siglo XIII, en el Piamonte, la evolución antroponímica alcanza un estadio que va más allá de los tres tipos del sistema binario, aludidos anteriormente. Del corpus establecido por el autor se desprende que, paralelamente a la forma antroponímica doble (nombre de pila + de ablativo), ya aparece en el siglo XIII el sistema nombre + apellido, tal como se ha perpetuado hasta nuestros días. Las fuentes consultadas revelan que en las comunidades rurales, 1/ la mayoría de los individuos se designaba por medio de un nombre de pila y un apellido, 2/ que este último se presentaba como un sustantivo simple ("Petrus Gallus", "Iohannes Rava"), declinado en forma concordante con el nombre de pila, 3/ que dichos apellidos se corresponden, en un elevado porcentaje, con los usados actualmente en el Piamonte, 4/ que tales apellidos no representaban tan sólo apelativos individuales sino que se transmitían de una generación a las siguientes y servían para identificar grupos familiares. Tales comprobaciones demuestran la estrecha relación existente entre los apellidos piamonteses del siglo XIII y la estructura socio-económica de la región, basada en la enfiteusis, con sus consiguientes canon y laudemio, los arrendamientos de las tierras a perpetuidad y el carácter indiviso de la propiedad, en cuanto tales condiciones no afectaban sólo al individuo sino a la totalidad del grupo familiar, o sea a sus herederos.
Los datos contenidos en este ensayo proceden de fuentes de índole diversa: actas notariales, actas sacramentales (bautismos, matrimonios, defunciones), "estados de las almas", relevamientos fiscales, fogajes, transacciones, listas de arrendatarios, actas públicas (asambleas municipales, cartas de franquicia), etc.
Ante la enorme mayoría de los casos comprobados en la investigación del Prof. Barbero, en los que en el Piamonte del siglo XIII, los individuos son designados por nombre + apellido, queda por demostrar, sin embargo, que se trata de apellidos en el sentido moderno del término. Un apellido supone transmisión y durabilidad, requisitos tenidos en cuenta por el autor a lo largo de su trabajo y a partir de los cuales clasifica los apellidos presentes en tres grupos:
1/ apellidos de muy amplia difusión en el Piamonte y generalmente raros en otras regiones, como: Accornero, Avataneo, Baudino, Bergero, Bessone, Biglia, Boasso, Calosso, Cane, Capello, Cauda, Cravero, Durando, Dutto, Fea, Garassino, Garello, Garetto, Garone, Genta, Ghiglia, Giraudo, Marchisio, Marengo, Nano, Olivero, Orecchia, Rabbia, Roggero, Tardito, Torta, Vola;
2/ apellidos frecuentes en el Piamonte y prácticamente inexistentes en otras regiones, como: Amione, Barello, Baudracco, Borghesio, Burdino, Calissano, Canavesio, Candelo, Carle, Castagneri, Ceretto, Chiapusso, Correndo, Daziano, Falletto, Gabutto, Gallizio, Garzino, Giusiano, Goitre, Gontero, Gorrino, Lasagno, Merlone, Paltro, Patrito, Ribotta, Roero, Saraso, Tarello, Tonso, Tranchero;
3/ apellidos presentes tan sólo en el Piamonte y sumamente raros en la actualidad, los cuales se encuentran en los mismos lugares en los que aparecen documentados ya en el siglo XII, como: Alloa, Bagnasacco, Bovolo, Brusato, Cassullo, Galliana, Levra, Machetto, Riaudo, Stralla, Strocco, Vigliengo...
Cabe recalcar que, según el autor de este estudio, de entre el conjunto de apellidos encontrados en el corpus, aparecen tan sólo marginalmente aquellos que derivan de un nombre de oficio (Barbero, Ferrero, Molinero) y los que proceden de un nombre propio o del nombre de una localidad. Prevalecen decididamente, por el contrario, aquellos apellidos que en la tipología establecida por los autores de la Genèse médiévale de l'anthroponymie moderne* se clasifican como "derivados de sobrenombres actualmente incomprensibles y ausentes del vocabulario". Este último hecho conecta inequívocamente los apellidos piamonteses del siglo XIII con los actuales, un 75% de los cuales resulta de etimología opaca, contraponiéndolos definitivamente con los resultados de las investigaciones realizadas en otras áreas de la Italia medieval, en las cuales el elemento de identificación aportado por el apellido posee, en la mayoría de los casos, un significado explícito, ya sea éste patronímico, toponímico o de oficio.
Hugo Alloa
Antes de adentrarnos en lo específico del mencionado ensayo, cabe recordar que entre los siglos XI y XIII, en Italia, Francia y España, prevalece una forma antroponímica doble, o sea un sistema de dos elementos que puede comprender, además del nombre de pila, un apellido de origen toponímico ("Henricus de Carmagnolia"), o un apellido patronímico ("Petrus de Michaele") o incluso un nombre paterno que cambia con cada generación.
Ahora bien, a la luz del estudio del Prof. A. Barbero, queda demostrado que en el siglo XIII, en el Piamonte, la evolución antroponímica alcanza un estadio que va más allá de los tres tipos del sistema binario, aludidos anteriormente. Del corpus establecido por el autor se desprende que, paralelamente a la forma antroponímica doble (nombre de pila + de ablativo), ya aparece en el siglo XIII el sistema nombre + apellido, tal como se ha perpetuado hasta nuestros días. Las fuentes consultadas revelan que en las comunidades rurales, 1/ la mayoría de los individuos se designaba por medio de un nombre de pila y un apellido, 2/ que este último se presentaba como un sustantivo simple ("Petrus Gallus", "Iohannes Rava"), declinado en forma concordante con el nombre de pila, 3/ que dichos apellidos se corresponden, en un elevado porcentaje, con los usados actualmente en el Piamonte, 4/ que tales apellidos no representaban tan sólo apelativos individuales sino que se transmitían de una generación a las siguientes y servían para identificar grupos familiares. Tales comprobaciones demuestran la estrecha relación existente entre los apellidos piamonteses del siglo XIII y la estructura socio-económica de la región, basada en la enfiteusis, con sus consiguientes canon y laudemio, los arrendamientos de las tierras a perpetuidad y el carácter indiviso de la propiedad, en cuanto tales condiciones no afectaban sólo al individuo sino a la totalidad del grupo familiar, o sea a sus herederos.
Los datos contenidos en este ensayo proceden de fuentes de índole diversa: actas notariales, actas sacramentales (bautismos, matrimonios, defunciones), "estados de las almas", relevamientos fiscales, fogajes, transacciones, listas de arrendatarios, actas públicas (asambleas municipales, cartas de franquicia), etc.
Ante la enorme mayoría de los casos comprobados en la investigación del Prof. Barbero, en los que en el Piamonte del siglo XIII, los individuos son designados por nombre + apellido, queda por demostrar, sin embargo, que se trata de apellidos en el sentido moderno del término. Un apellido supone transmisión y durabilidad, requisitos tenidos en cuenta por el autor a lo largo de su trabajo y a partir de los cuales clasifica los apellidos presentes en tres grupos:
1/ apellidos de muy amplia difusión en el Piamonte y generalmente raros en otras regiones, como: Accornero, Avataneo, Baudino, Bergero, Bessone, Biglia, Boasso, Calosso, Cane, Capello, Cauda, Cravero, Durando, Dutto, Fea, Garassino, Garello, Garetto, Garone, Genta, Ghiglia, Giraudo, Marchisio, Marengo, Nano, Olivero, Orecchia, Rabbia, Roggero, Tardito, Torta, Vola;
2/ apellidos frecuentes en el Piamonte y prácticamente inexistentes en otras regiones, como: Amione, Barello, Baudracco, Borghesio, Burdino, Calissano, Canavesio, Candelo, Carle, Castagneri, Ceretto, Chiapusso, Correndo, Daziano, Falletto, Gabutto, Gallizio, Garzino, Giusiano, Goitre, Gontero, Gorrino, Lasagno, Merlone, Paltro, Patrito, Ribotta, Roero, Saraso, Tarello, Tonso, Tranchero;
3/ apellidos presentes tan sólo en el Piamonte y sumamente raros en la actualidad, los cuales se encuentran en los mismos lugares en los que aparecen documentados ya en el siglo XII, como: Alloa, Bagnasacco, Bovolo, Brusato, Cassullo, Galliana, Levra, Machetto, Riaudo, Stralla, Strocco, Vigliengo...
Cabe recalcar que, según el autor de este estudio, de entre el conjunto de apellidos encontrados en el corpus, aparecen tan sólo marginalmente aquellos que derivan de un nombre de oficio (Barbero, Ferrero, Molinero) y los que proceden de un nombre propio o del nombre de una localidad. Prevalecen decididamente, por el contrario, aquellos apellidos que en la tipología establecida por los autores de la Genèse médiévale de l'anthroponymie moderne* se clasifican como "derivados de sobrenombres actualmente incomprensibles y ausentes del vocabulario". Este último hecho conecta inequívocamente los apellidos piamonteses del siglo XIII con los actuales, un 75% de los cuales resulta de etimología opaca, contraponiéndolos definitivamente con los resultados de las investigaciones realizadas en otras áreas de la Italia medieval, en las cuales el elemento de identificación aportado por el apellido posee, en la mayoría de los casos, un significado explícito, ya sea éste patronímico, toponímico o de oficio.
Hugo Alloa
* in L'Italia dei cognomi. L'Antroponimia italiana nel quadro mediterraneo, a cura di A. Addobbati, R. Bizzocchi, G. Salinero, Pisa 2012, pp. 215-29.
* in "Mélanges de l'École Française de Rome. Moyen-Âge", CX (1998), 1.
* in "Mélanges de l'École Française de Rome. Moyen-Âge", CX (1998), 1.
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