sábado, 20 de septiembre de 2014

Abadías y otros lugares sacros del Piamonte


Antes que nada, deseo agradecer a Abel, a Cachi, a Nelly, a Cristian, a Silvia, a Gustavo, al Padre Silvio, a Marco, a mi tocayo Hugo, a Mirta, a Alfredo, a Marcela, a Mariela, a Susana, a Marisa, a Gaby, a Juanjo, a Betty, a Mauro, a Claudia, a los que por timidez se esconden bajo un seudónimo... en fin, a todos los pata 'e perro que me siguieron incondicionalmente por las tierras piamontesas y no perecieron en el camino. Por su amable e incansable compañía a lo largo de tantos meses, les voy a infligir este nuevo castigo, perdón les voy a hacer este regalo: un recorrido por las abadías, santuarios, templos y sinagogas del Piamonte. 

Después de los más de cincuenta recorridos por el Piamonte, doy por descontado que la profusión de lugares de la espiritualidad en esta región, desde los más modestos piloni votivi hasta las más espléndidas catedrales, les habrá dejado una impresión de la fuerte presencia de la iglesia católica en las tierras de nuestros antepasados o, como prefieran interpretar, de la profunda fe de los piamonteses. Si acaso no bastara lo que nuestros ojos ya han visto en estos meses, les propongo que a partir de hoy visitemos los lugares de culto y devoción más prominentes, a los que concurren cada año millares de peregrinos y turistas procedentes de todo el Piamonte e incluso de otras regiones italianas y otros países.

Para comprender cabalmente el profundo y secular arraigo del catolicismo en la región noroeste de la actual península itálica, debemos remontarnos a la alta Edad Media. Los pueblos paganos que la habitaban desde antes de la ocupación romana profesaban el culto de los antiguos celtas, en el que ocupaban un lugar central las deidades femeninas llamadas "matronas" y el dios Apolo, venerado tanto por los celtas como por los romanos. En algunas zonas, tras la llegada de estos últimos, las prácticas celtas se fusionaron con el politeísmo romano, pero en otras, como los Alpes y el Monferrato, sobrevivieron por bastante tiempo más. Aún en la actualidad, en algunos lugares, se celebran fiestas relacionadas originariamente con ritos propiciatorios paganos. Según los historiadores, las tierras del actual Piamonte fueron cristianizadas a partir de la segunda mitad del siglo IV, principalmente por obra de San Eusebio (283 †371), primer obispo de Vercelli y patrono del Piamonte. En los albores del cristianismo, el mencionado obispo se convirtió en un acérrimo opositor al arianismo*. En su tarea de conversión de los pueblos a la fe cristiana y de reorganización administrativa, dividió el territorio que se encontraba bajo su jurisdicción en las diócesis de Turín, Ivrea, Aosta, Alba y Acqui. La obra de San Eusebio, favorecida por la política de no injerencia del emperador Constante en los asuntos de la Iglesia, consistió principalmente en la creación de nuevas parroquias, denominadas "plebi" o "pievi", cuya autoridad se ejercía en los "pagos", "vici" y "castra" circundantes. Hasta el día de hoy, en muchos casos, la distribución de las parroquias piamontesas sigue siendo la ya planificada y llevada a cabo por San Eusebio en el siglo IV. A las cinco primeras diócesis mencionadas se les sumaron, en el siglo V, las de Tortona, Asti, Novara y Vercelli.

San Eusebio de Vercelli,
ilustración de las Crónicas de Nuremberg
En el siglo III se sitúa igualmente la leyenda de la célebre Legión Tebana. Según la hagiografía cristiana, así se denominaba el cuerpo del ejército romano de Oriente que procedía de Tebas (Egipto) y cuyos oficiales, entre los que se encontraba San Mauricio, se habían convertido al cristianismo. Según dicha leyenda, Mauricio y sus compañeros Exuperio, Cándido, Víctor, Inocencio y Vidal habrían sido llamados por Maximiano y Diocleciano para luchar contra los rebeldes burgundios y casi todos habrían sido masacrados en Agauno (actual Saint-Maurice, en el cantón valesano), entre los años 285 y 306, por negarse a acatar órdenes que contravenían su religión. Desde entonces, en Suiza, Saboya (Francia) y Piamonte, se los venera como santos y mártires del catolicismo. Según algunas crónicas de la época, sólo dos soldados de la Legión Tebana sobrevivieron a la cruel matanza: San Urso y San Víctor, quienes son reconocidos por el Martyrologium Romanum. No obstante, según las leyendas populares, centenares de otros legionarios habrían escapado a la masacre refugiándose en varios países del Viejo Continente, donde habrían emprendido una intensa obra de evangelización para morir finalmente martirizados. Cincuenta y cinco serían los que llevaron a cabo tal misión en el Piamonte: Abondio, Alverio, Alvacio, Amancio, Antonino, Barolo, Benedicto, Bisucio, Celestino, Cesario, Cosano, Constantino, Crisógono, Damián, Demetrio, Desiderio, Evencio, Félix, Egidio, Hipólito, Isidoro, Jorio, Julián, Juvenal, Longino, Mariano, Martín, Martiniano, Mauro, Mombo, Olimpio, Osterio, Pancracio, Pantaleón, Pelagio, Porciero, Próspero, Quírico, Restituto, Sebastián, Segundo de Pinerolo, Serena, Sulpicio, Teodoro, Valerio, Vidal y Víctor. Los nombres de estos personajes legendarios se perpetúan hasta hoy en las denominaciones de muchas parroquias, capillas, piloni votivi, como asimismo en los nombres de algunas localidades piamontesas. Así, por dar tan solo algunos ejemplos, San Magno es el patrono de Castelmagno (CN), San Abondio, el de la iglesia de Caramagna (CN), las reliquias de San Benedicto se conservan en la parroquia de Vistrorio (TO), a San Constancio se le dedica la iglesia de Villar San Costanzo (CN).

Entre los siglos XI y XII, el Piamonte no permaneció ajeno a la querella de las Investiduras, que entre 1075 y 1122 enfrentó a papas, por un lado, y a condes y duques católicos del Sacro Imperio Romano Germánico, por el otro. La causa de dicho conflicto era la provisión de beneficios y cargos eclesiásticos. Tanto los pontífices como los emperadores germánicos deseaban detentar la autoridad para los nombramientos del clero. El 23 de septiembre de 1122, bajo el pontificado de Calixto II y tras las reiteradas desaveniencias entre el emperador Enrique IV y el papa Gregorio VII (Humillación de Canossa), como asimismo entre sus respectivos sucesores Enrique V y los papas Víctor III, Urbano II y Pascual II, se firmo finalmente el Concordado de Worms, ratificado un año después por el concilio ecuménico de Letrán, con lo que quedaba concluida la Disputa de las Investiduras. En tal protocolo, se establecía un acuerdo entre la santa sede y el imperio, según el cual correspondería al poder eclesiástico la investidura clerical mediante la entrega del anillo y el báculo y la consagración con las órdenes religiosas, mientras que al estamento civil se le reservaba la investidura feudal con los derechos de regalía y demás atributos temporales. Los así investidos se debían al papa en lo religioso y al soberano laico en lo civil. Al emperador se le reconocía además la potestad de asistir, en calidad de árbitro, a la elección de los cargos eclesiásticos cuando no hubiere acuerdo entre los electores.  

De la misma época data la presencia de los Templarios, cuya historia está íntimamente ligada a la de las ocho cruzadas a Tierra Santa, entre 1096 y 1270. La orden de los caballeros del Templo de Sión (Jerusalén), que unía la cruz y la espada en las manos de un mismo guerrero, monje y caballero, surgió de la necesidad de defender el reino conquistado por los cruzados. La primera cruzada, sostenida por el papa Urbano II (1096) y predicada por Pedro el Ermitaño bajo la divisa Dieu le veut, culminó infaustamente con la masacre de casi todos sus participantes en la travesía de los Balcanes. Le siguió la segunda cruzada, encabezada por Gofredo de Bouillon, duque de Baja Lorena, quien en 1099 logró conquistar Jerusalén y asumió el título de Defensor del Santo Sepulcro. Luego, en 1118, once caballeros franceses a las órdenes de Hugues de Payns fundan en Jerusalén la orden religioso-militar de los Pobres Caballeros de Cristo, la cual adopta las reglas monásticas de San Agustín. El rey de Jerusalén Balduino II, tío de Gofredo de Bouillon, alberga a dichos caballeros en el antiguo Templo de Salomón, originándose así el nombre de Caballeros del Templo de Sión (Jerusalén) o Templarios. En Italia, contrariamente a lo que sucedía en Francia, el poder de dichos caballeros fue bastante limitado. Atestiguan, sin embargo, su presencia en el Piamonte algunos asentamientos en iglesias y fortalezas de su propiedad, como: la iglesia de Santa Margarita, la fortaleza de San Severo y la abadía de San Giacomo di Stura de Turín, las iglesias San Leonardo de Chieri, San Nazario de Ivrea (con propiedades en Bollengo y Burolo), Santa Maria de San Giorgio Canavese, Santa Maria de Susa (con bienes en San Giorio y Villar Focciardo), San Martino de la Gorra de Villastellone, el Castello della Rotta de Moncalieri, el refugio para peregrinos de San Giacomo d'Albareto (de Vercelli). La ciudad de Vercelli fue la cuna del Gran Precettore d'Italia Ugoccione y de Antonio Sicco, secretario de los Templarios de Palestina. Alrededor del año 1000, en la cima del monte Pirchiriano (valle de Susa inferior), se construyó la poderosa abadía de San Michele Arcangelo, punto de referencia para los peregrinos que, procedentes de Normandía (abbaye du Mont Saint Michel), se dirigían hacia el monasterio de San Michele sul Gargano y luego a Brindisi, donde se embarcaban con destino a Palestina.

Otra orden religioso-caballeresca presente desde comienzos del siglo XII en el Piamonte es la Soberana Orden Militar y Hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta, más conocida como la Orden de Malta. En la bula emanada en 1113 por el papa Pascual II, se alude, en referencia a la ciudad de Asti, a ciertos Caballeros de Jerusalén, cuya presencia se encuentra nuevamente documentada en 1169, en relación a la iglesia Santo Sepolcro (actual San Pietro in Consavia), donde solía residir el Prior regional "de Longobardia", como se llama a tal dignatario en otro documento de 1179. 

A lo largo de los siglos, desde la alta Edad Media hasta después del año 1000, muchas son las órdenes monásticas y congregaciones que se establecieron en el Piamonte: Orden de San Benito o Benedictinos, Orden de los Hermanos Hospitalarios de San Antonio o Antonianos, Orden del Císter o Cistercienses, Orden de los Cistercienses de la Estricta Observancia u Orden de la Trapa o Trapenses, Orden de los Canónigos Regulares de San Agustín o Agustinos, Orden de los Cartujos, Orden de Vallombrosa o Congregación de los Vallombrosianos.

Cabe precisar que a partir del siglo XV aparecieron asimismo en el Piamonte otras numerosas órdenes y congregaciones religiosas, tanto masculinas como femeninas, como las de los dominicos, capuchinos, clarisas, carmelitas, rosminianos, las de San Gerónimo, Nuestra Señora de la Visitación, Don Bosco, Divina Providencia de José Cottolengo, etc.

El 2 de enero de 1573, por voluntad del duque Manuel Filiberto de Saboya, se produjo la fusión de la Orden de San Mauricio, fundada en 1434 por Amadeo VIII de Saboya para asistencia a los leprosos, con la Orden de San Lázaro, creada con carácter religioso-militar en tiempos del Reino Latino de Jerusalén, alrededor del año 1090. La nueva orden así conformada se llamará en lo sucesivo Orden de los Santos Mauricio y Lázaro, también conocida, en italiano, como Ordine Mauriziano.

ABBAZIA DELLA NOVALESA

En los albores del siglo VIII, el valle Cenischia, conjuntamente con los valles de Susa y Maurienne (Francia), se encuentra bajo la jurisdicción del Reino de los Francos. Desde antiguo, su ubicación resulta estratégica por situarse a poca distancia del límite que lo separa de la zona occidental del Reino Longobardo, en las cercanías de la célebre Chiusa di San Michele. La región es gobernada por el noble carolingio Abón, quien el 30 de enero de 736 funda en tierras de su propiedad un monasterio al que, con el consentimiento del obispo de Saint-Jean de Maurienne y Susa, le da el nombre de los Santos Pedro y Andrés y a cuya cabeza nombra al abad Godone. A partir de entonces, éste ejercerá su autoridad religiosa y civil en todo el valle. Los monjes no tardan en convertir parte del monasterio en casa de acogida para peregrinos y viandantes en tránsito desde y hacia el paso del Moncenisio.

Para profundizar en la historia de la Abbazia di Novalesa, véase aquí.

En su actual estado, la abadía comprende: la iglesia de los Santos Apóstoles Pedro y Andrés, edificada en 1715 bajo la dirección del arquitecto real Antonio Bertola y cuya planta originaria data del siglo VIII; el claustro de monasterio propiamente dicho, del siglo XI; el campanario, erigido entre 1725 y 1730; y las capillas de San Eraldo, Santa María, San Salvador y San Miguel, construidas en los predios de la abadía.

Chiostro dell'Abbazia di Novalesa

ABBAZIA DI SANT'ANTONIO DI RANVERSO

La Precettoria di Sant'Antonio di Ranverso, como también se la conoce, se encuentra en Buttigliera Alta, en el bajo valle de Susa. El complejo fue fundado en 1118 por el conde Humberto III de Saboya, quien cedió su uso a los canónigos reglares de San Antonio de Vienne (Francia), para que en él se creara un centro de asistencia a los peregrinos y de tratamiento para los enfermos del "fuego de San Antón", o sea el ergotismo. En 1776, el papa Pío VI asignó la propiedad de la precettoria a los religiosos de la Orden de San Mauricio.

El complejo arquitectónico, que se presenta hasta el día de hoy en su composición originaria, comprende: la iglesia de estilo gótico lombardo, el campanario del siglo XIV, el monasterio con su claustro, el hospital (del que queda tan solo una fachada) y un conjunto articulado de granjas.

Chiesa dell'Abbazia di Sant'Antonio di Ranverso

ABBAZIA DI SANTA MARIA DI STAFFARDA

La abadía de Santa María de Staffarda fue fundada en 1135 por monjes cistercienses procedentes de la abadía de Tiglietto (Liguria), en solares donados a dichos religiosos por el marqués Manfredo I de Saluzzo. El objetivo de su creación era el saneamiento de las tierras circunstantes para su posterior explotación. Este último factor pronto convirtió la abadía en una encomienda, o sea en una suerte de hacienda rural sin vida monástica propiamente dicha. En 1690, sufrió graves daños ocasionados por la batalla de Staffarda, en la que se enfrentaron, en las inmediaciones del monasterio, las tropas de Víctor Amadeo II de Saboya y los soldados del general francés Catinat. En 1750, por decisión del papa Benedicto XIV, Santa María de Staffarda fue asignada a la Orden de los Santos Mauricio y Lázaro, la cual no ha dejado de poseerla hasta hoy.

La abadía consta de una iglesia, un monasterio con claustro, refectorio y sala capitular, una hospedería, la casa de los conversos, un mercado cubierto y todo un sistema articulado de granjas en las que se trabajaba bajo la dirección de los cisterciences.

Abbazia di Santa Maria di Staffarda

ABBAZIA DI SANTA MARIA DI VEZZOLANO

La Abadía de Santa María de Vezzolano se encuentra en un pequeño valle del Astigiano, rodeada de colinas cubiertas de viñedos. Según una leyenda, su construcción se habría realizado en el año 773, por voluntad Carlomagno, quien, estando de cacería en la selva de Albugnano, habría sufrido un ataque de epilepsia y tras la remisión del mal, habría decidido que en aquel lugar se erigiera una iglesia para agradecer a la Virgen. Otra leyenda cuenta que, estando el rey franco de cacería en dicha selva, se le habrían aparecido tres esqueletos saliendo de un sepulcro, lo cual habría infundido un gran miedo al rey franco. Asistido en aquel trance por un ermitaño que lo instó a orar, Carlomagno habría decidido que en el lugar de la macabra aparición se edificara una abadía. Según fuentes históricas, el monasterio ya existía seguramente en época longobarda y, dado el prestigio de que gozaba, fue ampliado posteriormente. En el siglo X, la abadía fue destruida por los sarracenos y en 1002, tras su reconstrucción, fue donada por el rey Arduino a Oddone di Bruzolo. Éste transmitió la propiedad a sus descendientes, los cuales, en 1095, la cedieron al preboste de Vezzolano. La abadía de Santa María de Vezzolano permaneció habitada por los monjes hasta la ocupación napoleónica.

La actual abadía cuenta con una iglesia de estilo gótico, un campanario de estilo románico, el claustro y la sala capitular.

Abbazia di Santa Maria - Vezzolano

ABBAZIA DEI SANTI NAZZARO E CELSO 

La abadía de los Santos Nazario y Celso se encuentra en las inmediaciones de San Nazzaro Sesia, Provincia de Novara. Fue fundada a mediados del siglo XI por Riprando, obispo de Novara y miembro de la familia de los señores de Biandrate, en el emplazamiento de una antigua abadía benedictina. Por sus modalidades y características, se inscribe en el marco de los "monasterios de familia", tipo de fundación eclesiástica muy común en el Piamonte de los siglos XI y XII. Su posición en el llano, si bien estrátegica en lo comercial y en lo militar, la exponía a ataques del enemigo, lo cual determinó, en el siglo XIII, que se la fortificara mediante un foso, un puente levadizo actualmente inexistente y murallas con torreones circulares y caminos de ronda, que la convirtieron en un burgo fortificado donde podían encontrar refugio los campesinos en caso de incursiones bélicas. Los abades que gobernaron la abadía pronto lograron garantizar su autonomía respecto de la comuna de Novara y el obispado de Vercelli. Según rezan los documentos de la época, las posesiones de la prestigiosa abadía comprendían no sólo las tierras cercanas que la rodeaban, sino también fundos agrícolas y propiedades inmobiliarias en el Novarese, en el valle del Sesia, en el Vercellese e incluso en el Canavese. Después de un período de inestabilidad política, como asimismo de cierta decadencia, el abad lombardo Antonio Barbavara (1429-1467) dio un nuevo impulso a la abadía, reconstruyéndola casi totalmente y modernizando las técnicas agrícolas. Después de la muerte del mencionado religioso, la abadía fue asignada a abades comendatarios que la administraban sin residir en ella y los mismos monjes fueron desapareciendo paulatinamente. En 1801, a raíz de la confiscación de las propiedades eclesiásticas establecida en las ordenanzas napoleónicas, la abadía, conjuntamente con todos sus bienes y posesiones, fue vendida a particulares.

En su actual estado, el complejo arquitectónico de la abadía está constituidi por las murallas defensivas, torres circulares, un alto campanario, una iglesia de estilo gótico lombardo y un elegante claustro decorado con frescos alusivos a "las historias" de San Benito.      
 
Abbazia dei Santi Nazzaro e Celso

ABBAZIA DI FRUTTUARIA

La abadía de Fruttuaria se encuentra en San Benigno Canavese, Provincia de Turín. Fue fundadada en 1003 por Guglielmo da Volpiano, bajo la advocación de Santa María, en tierras feudales de las que era titular su familia. La colocación de la piedra basal se llevó a cabo el 23 de febrero de 2003, en presencia de del obispo de Ivrea Ottabiano, el marqués de Ivrea y rey de Italia Arduino y la esposa de éste, Berta de Obertenghi. La edificación de la abadía fue fruto de los conocimientos de su fundador, ya que éste, entre fines del siglo X y comienzos del XI, además de ser una figura religiosa de relevancia, también fue el constructor y restaurador de otros numerosos edificios del Piamonte y de Francia. Los monjes de Fruttuaria seguían la regla benedictina reformada por Benedicto de Aniane, bajo la obediencia de Cluny. El período de mayor esplendor de la abadía se sitúa entre los siglos XI y XII. En 1265, alcanzó a tener doscientas treinta casas distribuidas entre Italia, Alemania y Austria. Además, los abades gobiernan "le quattro terre abbaziali", o sea los actuales municipios de San Benigno Canavese, Montanaro, Lombardore y Feletto, y tenían la facultad de acuñar moneda. En 1447, tras años de pronunciada decadencia, el abad elegido por los monjes fue suplantado por un abad comendatario nombrado por el papa. En 1585, el papa Sixto V decretó la supresión del monasterio, que sustituyó por una colegiata de religiosos seculares. En 1710, el duque Víctor Amadeo II de Saboya ocupó militarmente las "terre abbaziali", situación que se concluyó en 1741 con la renuncia papal al control de dichas tierras. En 1749, fue abad comendatario de Fruttuaria el cardenal Carlo Vittorio Amedeo Ignazio delle Lanze, quien, entre sus candidaturas al sitial de Pedro en los cónclaves de 1769 y 1774-1775, decidió restituir a Fruttuosa su antiguo esplendor, convirtiéndola en una pequeña Roma. En 1770, mandó derribar lo que quedaba de la iglesia y del monasterio románico para edificar, entre 1770 y 176, una nueva iglesia cuya estructura interna sería a semejanza de la de la basílica de San Pedro del Vaticano. La obra fue encomendada a los arquitectos Vittone y Quarini, quienes realizan una construcción a la vez barroca y neoclásica, llamada por tal razón "benignista". En 1848, al fin del mandato del últimoi abad comendatario, la iglesia de Santa María de Fruttuaria se convirtió en parroquia de la diócesis de Ivrea. Luego, en 1879, el palacio de la abadía fue asignado a la orden salesiana de Don Bosco. Finalmente, en 1952, el papa restituye al párroco de San Benigno Canavese el título de abad.

En su actual estado, la abadía de Fruttuaria está conformada por la iglesia construida entre 1770 y 1776 y el campanario románico, torre cuadrada de 33 m de alto, con paredes de  2,5 m de espesor y 10 m de ancho. En el interior del campanario, existen dos capillas superpuestas, en las que es dado admirar antiguos frescos medievales como el de la Madonna col Bambino. En 1979, durante trabajos realizados en el interior de la iglesia, se halló una serie de preciosos mosaicos del año 1066.  

Abbazia di Fruttuaria



ABBAZIA DI SANTA FEDE 

La abadía Santa Fede se encuentra a escasa distancia de Cavagnolo (TO), en la pendiente occidental de las colinas del Monferrato. Se desconoce cuándo fue construida y resulta imposible saber si en la obra de reconstrucción del siglo XII participaron maestros franceses, como tampoco es posible hallar una explicación satisfactoria de la relativa homogeneidad estilística existente entre la abadía de Cavagnolo y otras iglesias del Monferrato Astigiano, como San Secondo de Cortazzone, San Lorenzo de Montiglio Monferrato y Santi Nazario e Celso de Montecharo d'Asti. Sea como fuere, se la atribuye con casi total unanimidad a los monjes benedictinos de Sainte-Foy de Conques de Auvernia (Francia), quienes procedieron a reestructurar completamente una abadía preexistente que databa de la alta Edad Media. En el testamento de Giovanni II de Monferrato de 1372, se corrobora finalmente que el priorato de Santa Fede se encontraba en dependencia de la abadía francesa de Conques. En cualquier caso, su nombre deriva del de una joven francesa de Agen, de nombre Foy, quien fue martirizada en 303, bajo el poder de Diocleciano. Entre 1584 y 1728, la abadía fue tutelada y administrada por priores comendatarios. Tal como atestiguan los informes de las visitas pastorales de la primera mitad del siglo XVII, Santa Fede, relegada al rango de iglesia rural, se encontraba en pésimas condiciones. Finalmente, en 1895, tras un sinnúmero de vicisitudes, la abadía fue vendida a los padres maristas, quienes la convirtieron en casa de espiritualidad.

En 1953, la iglesia de Santa Fede fue objeto de restauración y remodelación, bajo la tutela de la Soprintendenza per i beni ambientali ed architettonici del Piemonte. Tales trabajos no han alterado en nada ni la belleza de los elementos esculturales de la fachada, ni la elegancia de las naves y columnas que sostienen las bóvedas, como tampoco la bicromía típica del románico del Monferrato Astigiano.  
  
Abbazia di Santa Fede - Cavagnolo

ABBAZIA DI SANTA GIUSTINA

La abadía de Santa Giustina se encuentra en el municipio de Sezzadio, Provincia de Alessandria. Fue fundada en 722 por Liutprando, rey de los longobardos. En 1033, Ottoberto, perteneciente a la rama alerámica de Sezzadio, la reestructuró totalmente, añadiéndole un monasterio benedictino. Su prestigio no dejó de crecer hasta el siglo XII, pero luego comenzó un largo declinar. Permaneció hasta 1474 en manos de los monjes de la Orden de San Benito. Posteriormente, fue asignada a los abades de Sant'Ambrogio de Milán. En el período napoleónico, siguió la misma suerte que todos los lugares del culto del Piamonte. En 1863, lo que quedaba del antiguo complejo arquitectónico fue adquirido por la familia Frascara, que transformó gran parte de él en residencia privada.

La iglesia, de estructura románica, posee elementos góticos y una imponente fachada de ladrillos "a vista", subdividida por pilastras y coronada por arcos colgantes. El interior consta de tres naves que rematan en sendos ábsides y se articulan con el transepto mediante bóvedas esquifadas. Se pueden admirar frescos de los siglos XIV y XV y el mosaico del siglo XI de la cripta.

Abbazia di Santa Giustina - Sezzadio

ABBAZIA DI SAN MICHELE DELLA CHIUSA o SACRA DI SAN MICHELE

La abadía de San Miguel se encuentra en las inmediaciones de Sant'Ambrogio di Torino, Provincia de Turín. Según algunos historiadores, en el monte Pirchiriano, donde se levanta la abadía, ya existía en época romana una guarnición militar que controlaba el tránsito desde y hacia Francia. Posteriormente, en el mismo sitio, los longobardos construyeron una muralla para defenderse de las invasiones de los francos y la convirtieron en el baluarte de las chiuse longobarde*, de las que quedan tan sólo algunos vestigios en la vecina Chiusa di San Michele. De la confrontación de las fuentes documentales relativas a la fundación de la abadía, se deduce que ésta fue construida entre fines del siglo X y comienzos del XI, en los tiempos de San Giovanni Vincenzo (Giovanni da Besate). Junto a la capilla más antigua, el mencionado religioso construyó otra que corresponde al espacio central de la cripta. En las décadas siguientes a su fundación, la abadía, administrada por los benedictinos, fue desarrollándose progresivamente, dando asilo a los peregrinos y protección a los campesinos de la zona. En el siglo XI, se construyó la hospedería para los viandantes que transitaban por la via Francigena (esp.: camino de Francia). La primera comunidad monástica fue dirigida por Adverto di Lezat de la diócesis de Toulouse (Francia). Hasta su supresión en 1803, la Sacra di San Michele gozó del privilegio de abbatia nullius, o sea de no depender de ninguna diócesis. En 1817, al ser restablecida tras la vuelta al antiguo régimen, la abadía perdió tal prerrogativa y fue incorporada a la diócesis de Susa.

El complejo arquitectónico que es dado visitar en la actualidad comprende, entre otras cosas, las ruinas del Monastero Nuovo, con sus celdas, biblioteca, cocinas, refectorio, talleres y la Torre della Bell'Alda, escenario de la leyenda según la cual una joven, de nombre Alda, al huir de unos soldados que querían capturarla, subió a lo alto de la torre. Presa de la desesperación, rezó y se arrojó al precipicio, pero unos ángeles la socorrieron en la caída y la muchacha salió ilesa de aquel trance. Según la misma leyenda, al querer demostrar la veracidad de lo sucedido a quienes luego escucharon su relato, la bella Alda volvió a subir a la torre, desde donde se arrojó nuevamente, pero su cuerpo se destrozó en el suelo. Al abad Ermengardo, quien gobernó la abadía entre 1099 y 1131, se debió la iniciativa de realizar la obra más audaz del complejo arquitectónico: el imponente basamento de 26 m de altura que, partiendo de la parte inferior de la cima del monte Pirchiriano, llega a la cima, y sobre la cual se levanta la Nuova Chiesa. La construcción de esta última requirió mucho tiempo, como lo demuestra la coexistencia de los estilos románico, normando y gótico de sus diferentes partes y de sus elementos decorativos. Entre 1120 y 1130, trabajó en la Sacra el escultor Noccolò, autor de las jambas de la Porta dello Zodiaco, nombre con que se conoce la puerta en la que desemboca el scalone dei Morti (esp: escalinata de los muertos), así llamado por encontrarse antiguamente flanqueado de tumbas. En líneas generales, se puede afirmar que las obras realizadas para adaptar las sucesivas construcciones a las características naturales de la cima del monte Pirchiriano han determinado una alteración de los elementos constitutivos fundamentales: al contrario de las todas las iglesias, en las que la fachada es la correspondiente al lado frontal opuesto a los ábsides colocados detrás del altar mayor y contiene el portal, la fachada de la Sacra se encuentra por debajo del piso conformado por la bóveda del scalone dei Morti y del altar mayor, y por encima de ella se encuentran los ábsides de la loggia de los Viretti, visible desde la llanuera del Po.

En 1836, después de dos siglos de abandono de la abadía, Carlos Alberto de Saboya, deseoso de ver resurgir el monumento que honraba a la iglesia piamontesa y a la familia real, decidió instalar allí a los religiosos del Istituto della Carità creado por Antonio Rosmini. En el mismo año, el papa Gregorio XVI nombró a los rosminianos administradores de la Sacra. Por su parte, Carlos Alberto les asignó la custodia de los despojos mortales de veinticuatro príncipes de la casa real, trasladados desde el Duomo de Turín, que yacen en grandes sarcófagos dentro del santuario de la abadía.

Véase asimismo la entrada Agradecimiento a la Prof. Laura Moro, cuyo contenido se refiere a la Abbazia di San Michele.

Sacra di San Michele - Sant'Ambrogio di Susa

Torre della Bell'Alda

ABBAZIA DI SANTA MARIA DI CAVOUR

La abadía de Santa María se encuentra en las afueras de la ciudad de Cavour, en el Parco Naturale della Rocca, a la vera de la carretera que conduce a Saluzzo. Fue fundada en 1037 por el obispo Landolfo, sobre una estructura anterior de la que incorporó amplios sectores, tal como lo evidenciaron las obras de restauración realizadas entre 1960 y 1970. Fue gobernada por más de cuarenta abades, en su gran mayoría procedentes de Chiusa di San Michele. El campanario fue reconstruido en el siglo XV sobre la base de uno anterior. La iglesia es el fruto de sucesivas recomposicones posteriores. Así y todo, aún hoy es posible apreciar lo que queda de la obra landolfiana: los diferentes niveles de la iglesia, las pilastras octogonales, la cripta con el altar más antiguo del Piamonte, y especialmente, el material de reconstrucción de la época romana. En el antiguo monasterio, funciona actualmente el Museo Archeologico Caburrum, en el que se exponen importantes piezas de la Cavour romana.    
  
Abbazia di Santa Maria - Cavour

ABBAZIA DI SANTA MARIA DI RIVALTA SCRIVIA

La abadía cisterciense de Santa María de Rivalta se encuentra a pocos kilómetros de Tortona, en la orilla izquierda del torrente Scrivia y a proximidad de una importante encrucijada de caminos de la época romana. Antes de la fundación de la abadía, existían en Rivalta una iglesia dedicada a San Giovanni y una comunidad monástica, documentada desde 1151, a cuya cabeza se encontraba un noble laico de nombre Ascherio. En 1170, debido a conflictos de intereses entre la iglesia San Giovanni de Rivalta y la de Tortona, el abad Ascherio se vio obligado a adscribir su comunidad a la de los monjes cistercienses de Lucedio, a quienes posteriormente cede, por testamento, todos sus derechos sobre la iglesia de San Giovanni. En 1180, le sucedió a Ascherio el abad Pietro y fue entonces cuando comenzaron las obras de edificación de la nueva abadía dedicada a Santa María. La primera construcción fue la del ábside. Siguió luego la del lado derecho del transepto, donde se levantó la parte de los monjes, a cuyo dormitorio se accedía a través de una escalera de doble vuelo. Sobre el lado izquierdo, se encontraban el dormitorio de los conversos, separado de la parte de los monjes por el claustro, la botica, el almacén, el refectorio y otras dependencias de servicio. Alrededor del monasterio, se construyeron los talleres de los conversos, el economato y la hospedería para pobres y enfermos. Por último, una muralla rodeaba todo el predio de la abadía. A comienzos del siglo XIII, se dio fin a la construcción del transepto y de las naves de la iglesia. En el interior de ésta, los elementos decorativos siguen estrictamente la regla de Bernardo de Clairvaux, según la cual los ornamentos, temas vegetales y geométricos rigurosamente formales, debían subordinarse a la función estática del edifico. En los siglos XIV y XV, la vida espiritual y monástica declinó y con ella decayó el estado general de la abadía, que acabó siendo concedida por el papa Sixto IV al clérigo de Parma Guidone de Torelli. A fines de 1538, el papa Pablo III    
   
Abbazia di Santa Maria - Rivalta Scrivia

ABBAZIA DI SANTA MARIA DI CASANOVA

La abadía de Santa María se encuentra en la frazione Casanova del municipio de Carmangola, Provincia de Turín. Fue construida en 1137, por voluntad de los marqueses de Saluzzo y los señores de Romagnano, y asignada a los monjes benedictinos. Tuvo un importante desarrollo hasta el siglo XVI, en el que acabó siendo administrada por los abades de la corte de los Saboya. En el siglo XVII, fue objeto de reiterados saqueos.

La fachada actual de la iglesia principal aún conserva elementos de las obras de restauración del siglo XVII. A comienzos del siglo XVIII, fue hecha nuevamente por el arquitecto Francesco Gallo, en estilo barroco tardío piamontés, con ladrillos "a vista". A mediados del mismo siglo, el resto del monasterio y el claustro, tras sufrir un incendio, fueron reconstruidos por Giovanni Tomaso Prunotto, discípulo de Filippo Juvara. A partir del siglo XVIII, fue utilizada como residencia por la familia Saboya hasta 1868. Actualmente, las áreas del monasterio son administradas por la Casa di Spiritualità del Cenacolo Eucaristico della Trasfigurazione. Pueden visitarse la "cripta ritrovata" (esp.: cripta reencontrada) con sus valiosos frescos del siglo XVII, obra de Domenico Guidobono, y el museo de la abadía con decoraciones, paramentos y objetos ligados a la historia del complejo religioso.
   
Abbazia Santa Maria di Casanova - Carmagnola 

Interno dell'abbazia
Altare maggiore

ABBAZIA DI SANTA MARIA DI LUCEDIO 

La abadía de Santa María, también conocida como el Principato di Lucedio, se encuentra en la frazione Lucedio del municipio de Trino, Provincia de Vercelli. Fue fundada en 1123 por monjes cistercienses procedentes del monasterio de La Ferté (Francia), en tierras donadas por el marqués Ranieri I de Monferrato. Su patrimonio comprendía no sólo las granjas próximas al monasterio (Montarolo, Darola, Castel Merlino, Leri, Montarucco, Ramezzna, etc) sino también tierras diseminadas por vastas zonas del Monferrato y el Canavese. Las granjas se encontraban a cargo de hermanos conversos que coordinaban las tareas de los campesinos asalariados, llamados mercenarios. Dichos conversos dependían a su vez del cellerario, monje que administraba la abadía por cuenta del abad. En 1547, por un breve pontificio de Calixto III, el monasterio dejó de pertenecer directamente a la orden cisterciense y se convirtió en una encomienda puesta bajo el control de los Paleólogos, dotados de la facultad de nombrar a los abades y cobrar rentas. Con la extinción de la dinastía de los Paleólogos, el feudo a manos de los Gonzaga, quienes entraron en litigio con los Saboya. Finalmente, en 1707, éstos se adueñaron del monasterio. En 1784, después de graves conflictos con la diócesis de Casale por el nombramiento de los abades comendatarios, la abadía de Lucedio fue secularizada y sus granjas pasaron a formar parte de la Commenda Magistrale dell'Ordine dei Santi Maurizio e Lazzaro. En 1792, dicha orden confirió la encomienda al duque Víctor Manuel I de Saboya. Algunos años después, tras la supresión de las órdenes religiosas, Napoleón transfirió la propiedad de la abadía a Camillo Borghese.    

El Principato di Lucedio, rodeado de murallas, se presenta actualmente como una moderna hacienda agrícola. Del antiguo monasterio medieval, ampliado en el período de mayor prosperidad de la abadía, subsisten el campanario gótico de planta octogonal, el claustro, el aula capitular del siglo XIII y la sala de los conversos con sus bóvedas vaídas. La antigua iglesia del siglo XI fue derribada y sobre su base se construyó en el siglo XVIII una nueva iglesia de estilo barroco, obra del monje arquitecto Valente de Giovanni. En el predio comprendido entre las murallas, se encuentra otra iglesia, llamada chiesa del popolo, destinada a los oficios religiosos para los campesinos.
  
Abbazia Santa Maria di Lucedio - Trino

BADIA DI DULZAGO 

La abadía de Dulzago se encuentra en la frazione homónima del municipio de Bellinzago Novarese, Provincia de Novara. Fue fundada a principios del siglo XII por los canónigos reglares de San Agustín. A fines del la Edad Media, dejó de ser un lugar del culto para convertirse en encomienda agrícola. Su primer abad comendatario fue Leonardo Sforza, quien pronto mandó sanear las tierras circundantes. La abadía estaba organizada como un complejo residencial en el que se encontraban: una iglesia a cargo de un párroco nombrado por el abad comendatario, la residencia del abad y los canónigos, las casas de las familias de los medieros y el cementerio. En el siglo XVIII, con la introducción de la cría de ganado y de aves de corral, se construyeron nuevos edificios destinados a alojar a los nuevos asalariados. Durante el período napoleónico, la encomienda fue suprimida y la abadía fue vendida a la familia francesa de los Reyner, quienes en 1845 la cedieron al conde Vitaliano Borromeo Arese. Éste, finalmente, acabó loteando la propiedad y vendiendo las parcelas.

Badia di Dulzago - Bellinzago Novarese

Los Sacri Monti del Piemonte e della Lombardia, incluidos en 2003 por la UNESCO en el repertorio del Patrimonio de la humanidad, son un conjunto de nueve complejos religiosos del norte de Italia, de los cuales siete se encuentran en el Piamonte y dos en la Lombardía. Además de ser lugares del culto, estos sitios son considerados de interés histórico, artístico y ambiental, razón por la que que merecen ser salvaguardados de manera especial. La finalidad primera de los Sacri Monti, cuya construcción comenzó a fines del siglo XV, era ofrecer a los peregrinos una alternativa más segura a los viajes a Tierra Santa, a lo cual se sumó, en un segundo momento, la posibilidad de proporcionar a los fieles un recorrido de meditación y oración a lo largo de la vida y pasión de Jesucristo o de la Virgen María, representadas por elementos arquitectónicos consagrados a la fe cristiana. En ciertos casos, la creación de un sacro monte se debió a la necesidad de contrarrestar los efectos de la Reforma protestante en tierras itálicas. Además de poseer un significado religioso y simbólico, los Sacri Monti, al estar hábilmente integrados a las colinas, bosques y lagos que los rodean, son sitios de extraordinaria belleza a los que concurren peregrinos y turistas de todo el mundo.
       
SACRO MONTE o NUOVA GERUSALEME DI VARALLO 

Para la construcción de la Nuova Gerusalemme, que data de la última década del siglo XV, se recreó el paisaje de Tierra Santa en un despeñadero que domina la ciudad de Varallo. Se erigieron numerosas capillas en las que se colocaron estatuas de tamaño casi humano y se realizaron frescos con representaciones de lugares bíblicos. A fines del siglo XVI, bajo la influencia de la Reforma, se modificó el motivo originario adoptándose el de la Vida y Pasión de Cristo. El actual trazado comprende las primeras reconstrucciones de Nazaret y Belén en medio del bosque, un área correspondiente al elegante jardín, cuarenta y cinco capillas a la vera del camino principal y en la cima del monte, la evocación de la ciudad de Jerusalén.

Nuova Gerusalemme - Varallo Sesia

SACRO MONTE DI SANTA MARIA ASSUNTA DI CREA

Los orígenes del Sacro Monte di Crea se remontan a 1589, año en que se concibió el proyecto de construcción, en una de las colinas más elevadas del Monferato, de veinticinco capillas que debían ilustrar los misterios del Rosario. El complejo arquitectónico, ligeramente modificado, comprende actualmente veintitrés capillas y cinco ermitas, como asimismo el santuario románico de la Asunción de la Virgen. En las capillas, se pueden apreciar estatuas de terracota policrómica y frescos correspondientes a los primeros tiempos.

Sacro Monte di Santa Maria Assunta - Crea

SACRO MONTE DI SAN FRANCESCO DI ORTA

Este complejo arquitectónico es el único que se dedicó a San Francisco de Asís. Su construcción se realizó en tres etapas. La primera de ellas, caracterizada por el estilo manierista, comenzó en 1590 por voluntad de la comunidad del lugar y finalizó en 1630. En la segunda fase de la construcción, que duró hasta fines del siglo XVII, el estilo preponderante fue el barroco, que se desarrolló más libremente en la tercera etapa, hasta fines del siglo XVIII. El complejo consta de veintiuna capillas y el Ospizio di San Francesco, una puerta monumental y una hermosa fuente. Desde el jardín en el que se encuentra el Sacro Monte, se tiene una vista excepcional del Lago de Orta. 
  
Sacro Monte di San Francesco - Orta

SACRO MONTE DELLA BEATA VERGINE DI OROPA

El Sacro Monte della Beata Vergine de Oropa (frazione de Biella) se encuentra a 2300 m de altura, sobre una colina cubierta de abedules y rodeada por las altas cimas de los Alpes. La obra de construcción, junto a un santuario preexistente, comenzó en 1617 y concluyó tan sólo a fines del siglo XVII. El complejo cuenta con veintisiete capillas de estilo barroco, de las cuales doce están dedicadas a la vida de la Virgen María y las restantes, a diferentes temas religiosos.

Para mayor información acerca del Sacro Monte de Oropa, véase Paseo por el Biellese - I.

Sacro Monte della Beata Vergine - Oropa

SACRO MONTE DELLA SANTISSIMA TRINITÀ DI GHIFFA

El proyecto de construcción del Sacro Monte della Santissima Trinità de Ghiffa, junto al santuario homónimo preexistente, data de fines del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII. En esta primera fase, se edificaron solamente tres capillas, pero la concurrencia cada vez mayor de peregrinos determinó una ampliación que se llevó a cabo entre 1646 y 1649. En su actual estado, el Sacro Monte comprende tres capillas dedicadas a diferentes temas bíblicos y otras tres capillas menores que funcionan como oratorios.
   
Sacro Monte della Santissima Trinità - Ghiffa

SACRO MONTE CALVARIO DI DOMODOSSOLA

En 1656, dos frailes capuchinos eligieron el paso de montaña Matarella, que domina la ciudad de Domodossola, para levantar en él el Sacro Monte o Calvario. Así fue como surgieron doce capillas con un aparato decorativo de estatuas y frescos en los que se representan las estaciones del Camino de la Cruz, y tres capillas más cuyas obras artísticas ilustran el Descenso de la Cruz, el Santo Sepulcro y la Resurrección. En la cima de la colina, se encuentra el Santuario della Santa Croce, cuya construcción comenzó en 1657.
Sacro Monte Calvario - Domodossola

SACRO MONTE DI BELMONTE DI VALPERGA

El Sacro Monte di Belmonte se encuentra en la cima de un cerro que domina la ciudad de Valperga, en la Provincia de Turín. El proyecto de obra fue concebido a principios del siglo XVIII por el monje Michelangelo da Montiglio, quien, a su regreso de Tierra Santa, quiso recrear los lugares bíblicos en las inmediaciones del ya existente santuario de Belmonte. Para ello, diseñó un circuito de capillas que simbolizan los principales momentos de la Pasión. Las trece capillas del complejo, de estructuras casi idénticas, fueron financiadas por la comunidad de Valperga. Originariamente, presentaban decoraciones y pinturas sacras, como también obras artesanales del lugar, a las que un siglo más tarde, se sumaron hermosas estatuas de cerámica de Castellamonte.
   
Sacro Monte di Belmonte - Valperga

Entre el inmenso número de lugares sacros del Piamonte, debemos destacar especialmente los santuarios, es decir aquellos sitios caracterizados ya sea por la manifestación de lo divino o la presencia de reliquias o de sepulturas de personajes célebres, como asimismo por acontecimientos relacionados con lo sobrenatural. 

Santuario di Prascondù - Ribordone
Santuario della Consolata - Torino
Santuario Nostra Signora di Todocco - Pezzolo
Santuario Madonna della Guardia - Tortona
Duomo di Torino - Santuario della Sacra Sindone

Santuario Madonna del Boden - Ornavasso
Santuario di Maria Ausiliatrice - Torino
Santuario Maria Regina Regalis - Vicoforte
Santuario Nostra Signora del Carmine - Alessandria
Santuario di Sant'Anna - Vinadio
Santuario Beata Vergine della Mercede - Antignano

Por último, es forzoso mencionar la presencia, en el Piamonte, de los templos de la Iglesia valdense y las sinagogas de la comunidad judía.

TEMPLI VALDESI
   
Tempio Valdese - Torre Pellice 
Tempio Valdese - Torino
Tempio Valdese - Pinerolo

SINAGOGHE


Sinagoga di Torino
Sinagoga di Carmagnola  
Sinagoga di Cherasco
Sinagoga di Cuneo
Sianagoga di Casale Monferrato
Sinagoga di Vercelli


* Nombre con que se conoce la doctrina cristiana del teólogo Ario (256-336), condenada por el primer concilio de Nicea (335), según la cual la naturaleza divina de Jesús es inferior a la de Dios, punto doctrinal que, al contraponerse con el concepto de la Trinidad, determinó que el arianismo fuera considerado una herejía.
* Se domina chiuse longobarde los antiguos sistemas de fortificaciones construidos en la desembocadura de los valles alpinos y cuya finalidad era impedir la invasión de la llanura del Po por parte de los pueblos del resto de Europa. La Chiusa di San Michele cobró gran celebridad con la batalla entre francos y longobardos del año 773, en la que fue derrotado el rey longobardo Desiderio. Por lo general, no eran reales murallas de piedra sino conjuntos de estructuras defensivas menores, dispuestas de tal manera que reforzaran los obstáculos naturales ya existentes.  



Fuentes
http://www.castagnotti.it/cet2/CET_monastero_storia.html
http://www.piemonteitalia.eu/es/gestoredati/dettaglio/445/bienes-arquitectonicos/2484/abbazia-di-santa-maria-di-casanova-carmagnola.html
http://it.wikipedia.org/wiki/Abbazia_di_Casanova
http://www.academia.edu/6515860/Precocita_dellaffermazione_del_cognome_nel_Piemonte_medievale_in_LItalia_dei_cognomi._Lantroponimia_italiana_nel_quadro_mediterraneo_a_cura_di_A._Addobbati_R._Bizzocchi_G._Salinero_Pisa_2012_pp._215-229
http://www.sacrimonti.net/User/index.php?PAGE=Sito_esp/sacri_monti_del_piemonte_e_della_lombardia


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