Ida Magdalena Alanda
Hoy siento la necesidad de dedicar unas líneas a mi querida tía Sor Irene, quien desde comienzos de este mes atraviesa una delicada situación de salud por la que se encuentra internada en una clínica de Rosario. Gracias a Dios, su estado ha ido mejorando en los últimos días y no dudo de que pronto la veré totalmente repuesta, pronta a recibirme con su hermosa y dulce sonrisa.
Ida Magdalena Alanda, conocida por todos como Sor Irene, es la tercera hija mujer de Bartolomé Alanda e Irene Bianciotti. Nació el 4 de noviembre de 1926 en Colonia Margarita, Provincia de Santa Fe. Se educó en el colegio de las Hermanas Capuchinas de Sastre, donde durante los años del secundario descubrió la vocación religiosa, que la llevaría, tras los años de noviciado en Rosario, a tomar los hábitos en la por entonces casa matriz de la congregación, en Montevideo. A este hecho se debió que su hermana Mariquita conociera al uruguayo Nelson Rovella, se casara con él y viva hasta el día de hoy en la República Oriental del Uruguay. A su regreso a la Argentina, durante su permanencia en el Colegio Nuestra Señora de los Angeles de Rosario, Sor Irene cursó estudios superiores en filosofía y letras.
Ininterrumpidamente desde 1947 y hasta hace pocos años, Sor Irene dedicó su vida a la educación de niñas y adolescentes. Fue docente y directora del Colegio San Francisco de Asís de Alberdi (Rosario). En 1982, fue nombrada madre superiora de la comunidad de Nuestra Señora de los Angeles, cargo que ocupó hasta su traslado, en 1985, a la casa de las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto, en Génova. A su regreso de Italia, residió varios años en Montevideo, donde, entre otras actividades, se encargó de la creación del Santuario de Belvedere, en memoria de la Madre Francisca Rubatto, fundadora de la Congregación de las Hermanas Capuchinas.
Desde el año 2011, Sor Irene vive en la casa de la Fraternidad Betania de Villa Gobernador Gálvez, en las inmediaciones de Rosario.
Más allá de las actividades y misiones llevadas a cabo en el marco de la vida religiosa, deseo poner de relieve la infinita generosidad y calidez con que Sor Irene se brinda a sus semejantes y muy particularmente a sus sobrinos, por quienes siempre ha sentido un enorme afecto.
Desde lo más profundo de mi corazón le deseo a mi querida tía Sor Irene un pronto restablecimiento, para poder compartir con ella muchos otros momentos de alegría...
Ida Magdalena Alanda, conocida por todos como Sor Irene, es la tercera hija mujer de Bartolomé Alanda e Irene Bianciotti. Nació el 4 de noviembre de 1926 en Colonia Margarita, Provincia de Santa Fe. Se educó en el colegio de las Hermanas Capuchinas de Sastre, donde durante los años del secundario descubrió la vocación religiosa, que la llevaría, tras los años de noviciado en Rosario, a tomar los hábitos en la por entonces casa matriz de la congregación, en Montevideo. A este hecho se debió que su hermana Mariquita conociera al uruguayo Nelson Rovella, se casara con él y viva hasta el día de hoy en la República Oriental del Uruguay. A su regreso a la Argentina, durante su permanencia en el Colegio Nuestra Señora de los Angeles de Rosario, Sor Irene cursó estudios superiores en filosofía y letras.
Ininterrumpidamente desde 1947 y hasta hace pocos años, Sor Irene dedicó su vida a la educación de niñas y adolescentes. Fue docente y directora del Colegio San Francisco de Asís de Alberdi (Rosario). En 1982, fue nombrada madre superiora de la comunidad de Nuestra Señora de los Angeles, cargo que ocupó hasta su traslado, en 1985, a la casa de las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto, en Génova. A su regreso de Italia, residió varios años en Montevideo, donde, entre otras actividades, se encargó de la creación del Santuario de Belvedere, en memoria de la Madre Francisca Rubatto, fundadora de la Congregación de las Hermanas Capuchinas.
Desde el año 2011, Sor Irene vive en la casa de la Fraternidad Betania de Villa Gobernador Gálvez, en las inmediaciones de Rosario.
Más allá de las actividades y misiones llevadas a cabo en el marco de la vida religiosa, deseo poner de relieve la infinita generosidad y calidez con que Sor Irene se brinda a sus semejantes y muy particularmente a sus sobrinos, por quienes siempre ha sentido un enorme afecto.
Desde lo más profundo de mi corazón le deseo a mi querida tía Sor Irene un pronto restablecimiento, para poder compartir con ella muchos otros momentos de alegría...
Saludos a la tía y toda su familia, que se mejore!
ResponderEliminarMartín A. Cañete Allanda.
Hola Martín. Le transmitiré tus saludos telefónicamente. Gracias en su nombre.
EliminarSaludos
Hugo Alloa